¿Qué es el miedo?
El miedo es un sentimiento normal, natural y de necesidad vital. Nos permite reconocer las situaciones de peligro y protegernos de ellas, aumentando nuestra atención y disposición para reaccionar. El miedo se vuelve patológico, si produce estados de ansiedad que limiten severamente la vida cotidiana y se conviertan en una carga. En este caso hablamos de un trastorno de ansiedad, que puede generar síntomas tanto de tipo corporal como mental.
Fobias, miedos y ataques de pánico
Los trastornos de ansiedad se clasifican en dos grupos:
- las fobias: en estos casos la ansiedad está relacionada con situaciones específicas o con el contacto con ciertos objetos, animales, personas…, que de manera objetiva no suponen ningún peligro. Entre ellas se encuentran:
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- la agorafobia con o sin ataques de pánico (miedo a los lugares o las situaciones que podrían causar pánico y hacer sentir atrapado, indefenso o avergonzado, por ejemplo en un espacio abierto o cerrado con multitud de personas )
- la fobia social (miedo ante situaciones sociales, por ser el centro de atención o al existir la posibilidad de ser criticado)
- las fobias específicas (ejemplos: la aracnofobia, la claustrofobia , el miedo a los examenes, a volar o a las alturas…)
- otros tipos de trastornos de ansiedad: estos estados de ansiedad irrumpen de manera imprevisible y en cualquier situación. Estos son principalmente:
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- los ataques de pánico (son ataques severos de ansiedad, que se inician de manera repentina, sin motivo aparente y que producen fuertes reacciones físicas)
- los trastornos de ansiedad generalizada: (los afectados sufren durante meses de miedos, tensiones físicas, nerviosismo y preocupaciones constantes)
Síntomas y consecuencias de los estados de ansiedad:
Los síntomas de los estados de ansiedad pueden ser tanto de carácter físico como psiquico:
- síntomas físicos: palpitaciones, sensación de asfixia, náuseas, mareos, sensación general de debilidad…etc…
- síntomas psíquicos: miedo a perder el control, a volverse loco o a morir…etc…
A estos se suman las consecuencias sociales. Las personas afectadas intentan evitar las situaciones de miedo y así controlar la ansiedad. Estas reacciones pueden desencadenar a largo plazo en aislamiento social, discapacidad laboral, dependencia de la persona de confianza, abuso de ciertas sustancias…etc…hasta llegar a una posible depresión.
¿Qué puede empeorar los síntomas?
A menudo el cliente se encuentra encerrado en un círculo vicioso, que no permite la mejora de la enfermedad empeorando así los síntomas.
Los trastornos de ansiedad se pueden superar.
Una parte de la terapia consiste en detectar los desencadenantes, estudiarlos y aprender a lidiar con ellos. Además se analizan las posibles relaciones existentes entre los síntomas, los factores que los empeoran y las situaciones que los provocan. Con este enfoque, el cliente podrá salir con más facilidad de este círculo vicioso y recuperar una vida libre de miedos tanto en lo personal como en lo profesional. Recuerde que se recomienda tratar lo antes posible los trastornos de ansiedad para evitar que se hagan crónicos. ¡No permita que lleguen tan lejos! ¡Puede contar con mi apoyo para salir de esta situación!